sábado, 5 de mayo de 2018

Soy peor que una prostituta


Soy peor que una prostituta.
Analogía
Soy peor que una prostituta. Graduada de excelencia académica de la escuela y trabajando cada día para llegar a la excelencia del título universitario.
Soy peor que una prostituta. No me gustan los vicios; las drogas no me van, ni el alcohol, ni estar en constantes fiestas.
Soy menos que una prostituta. Me levanto pensando en todo el conocimiento que me falta y las ansías de obtener cada día más y más sabiduría.
No sé qué hacer con mi vida. Soy un desastre de inseguridades que no tiene algún crío o está en  espera de alguno y sólo piensa en cosas idiotas como en becas universitarias, en conseguir un gran empleo y en salir del país a especializarse en lo académico.
No sirvo para esta sociedad. Siendo bilingüe y deseando aprender aún más, soy una ignorante que llega a su casa después de cargar todo  el día al cerebro de informaciones diversas, a sentarse en una silla pensando en todas las tareas por hacer, en el nuevo capítulo de mis muñequitos favoritos y en los libros que necesito leer; en vez de tener la idea de posarme en una esquina con los tigueres del barrio a velar cervezas.
Soy una deshonesta y avariciosa. No me compro una sombra de ojos sólo pensando en que si lo hago, estaría descontando el pasaje de la universidad y forzando a mis padres a no comprar algo de la casa; soy tan mentirosa que todo el dinero que recibo lo llevo a casa y menciono cada cosa que gasto; incluso más estúpida soy al tomar de mi dinero para hacerme alguna manicura, en vez de presionar a que me den monedas para esas cosas banales.
Soy una inconformista. Es que es imposible lo ambiciosa que soy.  Nunca pido; y cuando necesito algo en extrema urgencia es que sale un ‘’dame’’ de mis labios, sólo porque soy tan estúpida al estar consciente de la diferencia existente entre un ‘’Quiero y Necesito’’.
Soy peor que una prostituta. Soy tan ridícula que prefiero no caer en el tabaco para no ser aquello de lo que me tachan.  Tengo una relación formal, somos un equipo que piensa en grande y que pretende comprometerse aún más en un futuro, pero es un error; somos unos pobres diablos que no trabajan y como el hembrismo eleva siempre al machismo, debe ser mi obligación pedirle todo lo que quiero, como si fuera mi padre o soy su objeto, y es su deber darme todo lo que pido y necesito. Porque ser fiel es uno de mis defectos, porque las cosas no se deben hacer por algo tan tonto como el amor, porque así lo deseas; si no porque el otro es el objeto de tu beneficio.
Soy tan indigna. En una era donde la globalización ataca cada sector de esta sociedad actual, con 19 años tengo tantos defectos que ningún padre o familia debiera merecer a alguien como yo.