Soy peor que una prostituta.
Analogía
Analogía
Soy
peor que una prostituta.
Graduada de excelencia académica de la escuela y trabajando cada día para
llegar a la excelencia del título universitario.
Soy
peor que una prostituta. No
me gustan los vicios; las drogas no me van, ni el alcohol, ni estar en constantes
fiestas.
Soy
menos que una prostituta.
Me levanto pensando en todo el conocimiento que me falta y las ansías de
obtener cada día más y más sabiduría.
No
sé qué hacer con mi vida.
Soy un desastre de inseguridades que no tiene algún crío o está en espera de alguno y sólo piensa en cosas
idiotas como en becas universitarias, en conseguir un gran empleo y en salir
del país a especializarse en lo académico.
No
sirvo para esta sociedad.
Siendo bilingüe y deseando aprender aún más, soy una ignorante que llega a su
casa después de cargar todo el día al
cerebro de informaciones diversas, a sentarse en una silla pensando en todas
las tareas por hacer, en el nuevo capítulo de mis muñequitos favoritos y en los
libros que necesito leer; en vez de tener la idea de posarme en una esquina con
los tigueres del barrio a velar cervezas.
Soy
una deshonesta y avariciosa.
No me compro una sombra de ojos sólo pensando en que si lo hago, estaría
descontando el pasaje de la universidad y forzando a mis padres a no comprar
algo de la casa; soy tan mentirosa que todo el dinero que recibo lo llevo a
casa y menciono cada cosa que gasto; incluso más estúpida soy al tomar de mi
dinero para hacerme alguna manicura, en vez de presionar a que me den monedas
para esas cosas banales.
Soy
una inconformista. Es que es
imposible lo ambiciosa que soy. Nunca
pido; y cuando necesito algo en extrema urgencia es que sale un ‘’dame’’ de mis
labios, sólo porque soy tan estúpida al estar consciente de la diferencia existente entre un ‘’Quiero
y Necesito’’.
Soy
peor que una prostituta. Soy
tan ridícula que prefiero no caer en el tabaco para no ser aquello de lo que me
tachan. Tengo una relación formal, somos
un equipo que piensa en grande y que pretende comprometerse aún más en un
futuro, pero es un error; somos unos pobres diablos que no trabajan y como el
hembrismo eleva siempre al machismo, debe ser mi obligación pedirle todo lo que quiero, como si fuera mi padre o soy
su objeto, y es su deber darme todo lo que pido y necesito. Porque ser fiel es
uno de mis defectos, porque las cosas
no se deben hacer por algo tan tonto como el amor, porque así lo deseas; si no
porque el otro es el objeto de tu beneficio.
Soy
tan indigna. En una era donde la globalización ataca cada sector de esta sociedad actual, con 19 años tengo
tantos defectos que ningún padre o familia debiera merecer a alguien como yo.